Alberto Armengol terminó sus estudios en el Molière hace dos años. Hoy estudia en Burdeos y vuelve de visita para contarnos su experiencia en el extranjero, sus recuerdos en el Molière y todo lo bueno que aprendió aquí y que le está sirviendo para afrontar esta etapa universitaria. Destaca, sobre todo, el bilingüismo: «Ser bilingüe es una ventaja única y eso es sólo gracias al Molière. El francés es una lengua difícil, mucho más que el inglés». Esto es lo que nos ha contado. También puedes ver el vídeo con la entrevista >>
Me llamo Alberto Armengol y soy de la promoción de 2015. Cursé los 15 años en el Lycée français Molière. Y ahora sigo mis estudios en Burdeos y Madrid con un doble diploma en Sciences Po. Se trata de una escuela muy prestigiosa en Francia, donde se estudian ciencias políticas, administración del estado, para hacer el concurso del ENA en Francia. Estos estudios me permiten hacer un master español de relaciones internacionales y gobernanza democrática en la Universidad Autónoma de Madrid, además de un grado de licencia política y administración pública en esta misma universidad, y el master de geoeconomía aplicada en relaciones internacionales, gestión de riesgos y una prospección de futuro para las empresas a nivel internacional. Diplomático. Siempre he dicho esto, pero la oposición es bastante difícil. Así que, como he hecho dos cursos en Francia, podré obtener la nacionalidad francesa. Lo que me ha aportado el colegio, sobre todo a nivel personal, es primero la apertura de espíritu. Soy capaz de hablar francés desde los 2 años, la edad con la que entré aquí de verdad. Y, sobre todo para las personas como yo que quieren cursar diplomacia internacional, tenemos una esencia de espíritu. A nivel de formación es primero la introducción, el plan y la conclusión. Es la disertación. Así es como hemos podido hacer los estudios que hemos querido: sciences po, economía, derecho, relaciones internacionales… Y también, yo sobre todo porque quiero hacer la carrera de diplomático, pero soy capaz de hablar tres lenguas, y este verano he empezado con el chino, y ahora en Sciences Po estoy haciendo un curso de árabe. Y no podría haber hecho esto si desde los tres años no hubiera tenido el hábito de hablar todo el tiempo en otra lengua, leer y pensar en otra lengua. Es muy interesante porque es otra manera de entenderse a uno mismo y al resto del mundo . Esto es una ventaja única y es gracias al Lycée français. No me podría definir como persona sin el Lycée, ni podría hacer la carrera de diplomático sin el Lycée. Porque no hay muchas maneras de hablar bien el francés. El inglés es fácil, pero el francés es una lengua de las más difíciles, con palabras que son realmente únicas y muy técnicas. Sería imposible hacer una gestión internacional sin hablar francés. Estoy muy contento. La cantine, la recrea… tenemos nuestras palabras, una palabrería ‘moleriana’ que es parte de mí. Ese francés y español, el ‘frañol’, llevan a hablar, a cambiar la sintaxis en un momento… dan una vitalidad mental que no puedes conseguir en otros colegios. Algo que me marcó especialmente fueron los viajes escolares a Francia. Estuve en Seignosse, Auvergne, Toulouse, Gourette para esquiar, Arette… Hemos hecho realmente un tour por Francia gracias al Lycée y con mis amigos. Es un recuerdo que llevaré siempre conmigo.